Como proveedor de frutas y verduras dependemos más que ningún otro sector de la disponibilidad de una tierra saludable, biodiversidad, agua dulce y condiciones climáticas adecuadas. Las consecuencias del cambio climático, tales como la sequía extrema, la escasez de agua o daños a las cosechas causados por lluvias fuertes o tormentas, tienen un impacto significativo en la disponibilidad de nuestros productos.

Aunque las frutas y las verduras tienen un impacto ambiental relativamente bajo comparado con otros productos alimenticios, es algo natural que tomemos medidas mediante la mitigación y adaptación. Esto lo hacemos promoviendo un cambio hacia dietas más basadas en plantas. Además, nos centramos en la optimización de nuestra huella ambiental (alcance 1 y 2) y en estimular a nuestros proveedores (alcance 3) para seguir nuestros pasos. Definimos objetivos claros para reducir para 2025 en un 50% nuestra huella de carbón (alcance 1 y 2). Nos comprometimos a aplicar los Objetivos con Base Científica en el año fiscal actual para adaptar plenamente nuestros objetivos a largo plazo y acciones al Acuerdo de París, el cual aboga por un aumento de temperatura global máximo de 1,5 grados y una reducción significativa de las emisiones de carbono.

Confiamos en que este enfoque será apoyado por nuestros agricultores. Además, haciendo más visibles nuestros esfuerzos, hacemos que obtengan los créditos adicionales que merecen para construir cadenas de suministro alimenticio más sostenibles y suministrar a los consumidores de todo el mundo frutas y verduras saludables.